Valentina
Su historia de superación, frente al Cáncer de Mama
Valentina
“A las personas que están enfrentado un diagnóstico de cáncer en edades tempranas, como en mi caso, y para las mujeres que están en mi situación, les quiero decir: sigan siempre adelante, es 100% actitud, poner de vos y creer en que vas a salir de ésta.
Hay que creer y confiar, aunque cada caso es distinto, no pierdas la actitud positiva”.
Este es el primer mensaje que Valentina (20 años) y su mamá Jimena (42 años), nos dan.
Ellas quieren regalarnos su historia de amor, de superación y de lucha contra el Cáncer de Mama.
El comienzo
La historia comienza en el
año 2017, cuando Valen comienza con secreción en uno de sus pechos, acuden a varias consultas y los médicos lo atribuían al roce del corpiño deportivo, ya que practica Vóley desde los 11 años de edad. Luego de varias consultas, en agosto de 2020, al notar que su problema estaba empeorando, sin mejorías, deciden pedir nuevamente otra opinión, el médico ginecólogo solicita la realización de una biopsia del tejido mamario.
“Creo que los médicos estaban desorientados por la edad de Valentina, atribuían el síntoma a la fricción de la ropa deportiva, y prácticamente se descartaba alguna enfermedad”, comenta
Jimena, mamá de Valentina.
Como resultado de la primera biopsia llega la certeza: se confirma la
“Enfermedad de Paget”… Valentina hizo la búsqueda en Google, como hacemos todos, y descubrió que se trata de un tipo de cáncer poco común, que afecta la piel del pezón. Ya con diagnóstico confirmado en una primera instancia, el patólogo solicita una muestra más grande y se realiza una segunda biopsia que re confirma la presencia de células cancerígenas en la piel del pezón.
“Cuando vuelvo a casa con el resultado, Valentina ya sabía lo que era, había investigado en internet, y como hubo un mes entre las biopsias, le dio tiempo para asimilar el resultado”,
cuenta Jimena. “En esa instancia se programa la cirugía, con un reconocido ginecólogo de la provincia, y aparece en escena
Samanta (especialista en imágenes) quien comienza a acompañarnos, compenetrándose con el caso.
Valentina tuvo dos cirugías, la primera vez fue el 2 de septiembre, y la segunda el 8 de Octubre. Hicimos además tele consulta con ginecóloga mastóloga de Córdoba, ya que por la pandemia se hacía imposible viajar”, continua relatando
Jimena.
“Esa noche, previa a la primer cirugía, mis amigas quedaron a dormir en casa…
entrar a quirófano me dio mucho miedo y ansiedad. Por suerte el postoperatorio fue sin dolor, prácticamente”, agrega Valentina.
Por protocolo, todo lo que se extrae en cirugía se manda a biopsia, los márgenes de la pieza que extrajeron de Valen, tenían células cancerígenas, por lo que tuvo que someterse a una segunda operación, esta vez ya a la mastectomía completa, con estudio de ganglios inclusive.
“Tuve muy buena recuperación, tenía ganas de ir al gimnasio y retomar mis practicas de vóley lo antes posible”, dice Valentina.
“Una vez operada, teníamos que enfrentar el tratamiento adyuvante post cirugía, y en esa instancia llegamos al consultorio de oncología en
Fénix Centro de Salud. Estuvimos casi 2 horas en la primera consulta”, cuenta Jimena.
“Mama lloraba, era la primera vez que se hablaba de quimio, de pastillas… el monstruo de la quimioterapia! “,
acota Valentina.
“Por el posible efecto de la quimioterapia en los ovarios, y la edad de Valen, la dra. Cristina nos sugiere la preservación de sus óvulos, por lo cual presentamos una petición en la Obra Social. Decidimos viajar a Córdoba y hacer el procedimiento ahí. Fueron dos semanas de estimulación, de inyecciones hormonales, ecos trasvaginales, pastillas… hasta que se realizó la aspiración de óvulos, de los que se seleccionaron los que estaban en mejores condiciones.
La conservación de estos óvulos se paga anual y no tiene límite en el tiempo”, nos cuenta Jimena.
El post y la Quimioterapia
Luego de la segunda cirugía, Valentina se fue de vacaciones con amigas, y al volver,
comienza la quimioterapia. Desde febrero hasta mayo del año 2021, asistió una vez a la semana al
hospital de día de Fénix. En esa instancia su oncóloga le aconsejo el uso de casco de frío, para tratar de evitar la caída de cabello. El casco fue donado por otra paciente que ya lo había utilizado.
“Se debe humedecer el pelo, colocarse una bolsa y encima el casco, media hora antes de la quimio y durante, se quita media hora después. Como el casco debe cambiarse cada 40 minutos,
Asencio, su mejor amigo, se quedaba con ella durante las sesiones”, dice Jimena, y continua “la quimioterapia la hacía dormir (íbamos desde las 8 de la mañana hasta el mediodía), aun así a las 4 se iba al gimnasio y a vóley por la tarde. Los médicos le aconsejaron que lleve una vida normal mientras ella pueda, dentro de sus posibilidades y sin esforzarse demasiado. Valen nunca tuvo vómitos, y nunca faltó a sus sesiones, salvo a la última”.
“Ese día debía rendir un coloquio, soy estudiante de
Profesorado de Geografía y era muy importante para mi aprobar. No hubo forma de que me convencieran, así que la 12ava aplicación se retrasó una semana. Nunca dejé mis estudios, trate siempre de seguir al día desde la virtualidad”, comenta Valentina.
El casco de frio le dio un resultado muy bueno, pero igualmente Valentina perdió las pestañas y las cejas, aunque las recuperó rápidamente.
La vida hoy
Hoy por hoy, con el tratamiento de quimioterapia terminado, continúa con medicación en pastillas, y cada 21 días debe asistir al hospital de día para la colocación de una vacuna.
“El tratamiento debe continuar por 5 años, la medicación es Tamoxifeno y la vacuna es con anticuerpos monoclonales por un año, ya que en sus últimos estudios inmunohistoquimicos se observa un valor alto de Estrógenos (que son los que hacen que las células cancerígenas se multipliquen y la presencia de HER2 responsable de que las células migren a otros órganos. Por ende hay que bloquear ambas”,
explica Jimena y agrega , "la oncóloga me derivo a la genetista, quien indico la realización de un panel multigenético en el cual se analizan 28 genes, para determinar cuál es el responsable de la enfermedad, eso servirá para determinar si la causa es por herencia o por mutación, en base a esos resultados se sabrá cuan propensa es Valentina a contraer cáncer en la otra mama o en algún otro órgano. También, nos servirá para pensar en el tema de la reconstrucción mamaria”.
“Valentina nunca se encerró, continuó con su entreno, es una alumna excelente (siempre lo fue), y una persona con muchos amigos, que disfruta de la vida al 100%. Veo que su actitud ha cambiado, es mucho más positiva, en realidad todos los que estamos a su lado hemos cambiado con esta experiencia. Fuimos papás muy jóvenes, crecimos los tres juntos, y esta circunstancia nos ha unido aun mas como familia, a pesar de estar divorciados hace un par de años. Su papá fue incondicional también, siempre atento a sus necesidades”, dice Jimena.
“Yo elegí a quien contar mi situación, solo a personas especiales de mi entorno, mis amigos más cercanos, mis entrenadores de vóley
Lucas y Roger, mis compañeros del profesorado y también mis profesores. Todos me han apoyado de manera incondicional, y han sido mi sostén en todo momento. No quise contar lo que me pasaba a todo el mundo, no quería que sintieran lástima por mi o que me trataran diferente, pero hoy quiero compartir mi experiencia, desde el más sincero amor, porque siento que puede servir como ayuda a chicas de mi edad y sus familias, que están enfrentando situaciones similares. Si, la caída fue muy profunda, pero es impresionante lo alto que se puede llegar después, me siento en mi mejor momento, de felicidad plena. Es recomendable siempre cumplir con los tratamientos que nos indiquen los
profesionales de la salud, y también contar con apoyo psicológico, tanto para el paciente como para su familia”, comparte Valentina.
“Hoy disfrutamos de las cosas simples: salir a merendar, pasar tiempo con amigos y familia. Tenemos muchas personas que nos aman profundamente, como por ejemplo Maite, madrina y tía de Valentina, que en todo momento estuvo a nuestro lado con su buena energía. Tiene una personalidad única y positiva, y ha sido unos de los pilares en los que nos apoyamos aun hoy”, cuenta Jimena muy emocionada, “ella, como yo, siempre buscamos la felicidad de Valentina, en todo momento, por ejemplo en el día de su cumpleaños organizamos una fiesta sorpresa, fue hermoso. Proyecto una gran vida para mi hija, es hermosa, la veo con su carrera, sus hijos, su familia… la visualizo plena y feliz, y eso me llena de profundo amor y admiración por su fortaleza”.
Para concluir, Valentina nos deja un mensaje de esperanza:
“cuando escuchamos la palabra Cáncer, asociamos con Muerte, y esto debe cambiar. Creo que mi caso, por la edad que tengo, va a sentar un precedente en los profesionales de la salud que participaron en mi tratamiento. La vida me está devolviendo solo cosas buenas, en todos los ámbitos: desde mi día a día, estudios, deporte… me siento plena y quiero contarlo, para servir de ejemplo que hay vida después del cáncer, y que la lucha sigue pero que cada momento vale la pena.”
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